Pintura en interiores: Tipos y consejos
La pintura es uno de los elementos más importantes a la hora de decorar y renovar los espacios interiores de una casa. No solo influye en el aspecto estético, sino también en el ambiente y la sensación que transmite cada habitación. Por eso, es fundamental elegir bien el tipo, el color y la técnica de pintura que se va a utilizar, teniendo en cuenta el objetivo que se busca para cada espacio.
Aqui te vamos a contar cuáles son los principales tipos de pintura para interiores, sus características, ventajas y desventajas, y algunos consejos prácticos para que puedas pintar tus paredes con éxito y obtener el resultado que deseas.
¿Qué tipos de pintura para interiores existen?
- Pintura plástica o látex: se trata del tipo de pintura más empleado para los interiores de una vivienda. Su característica más saliente es que son lavables al agua, tienen excelente recubrimiento, rápido secado y se pueden encontrar en una amplia gama de colores. Son de gran durabilidad y resisten bien la humedad y los cambios de temperatura. Dentro de esta categoría se pueden distinguir dos subtipos: la pintura plástica acrílica y la pintura plástica vinílica. La primera es de mayor calidad y seca más rápido, mientras que la segunda es más fácil de aplicar y no requiere muchas capas para un buen resultado. La pintura plástica vinílica también es ideal para hacer dibujos o figuras decorativas en las paredes.
- Esmalte sintético: este tipo de pintura se compone de resinas sintéticas y puede tener acabados satinados, mate o brillantes. Se trata de una pintura muy resistente que puede utilizarse tanto en paredes como en superficies de metal o madera. Además de sus posibilidades decorativas, ofrece una capa extra de protección a la superficie sobre la cual se aplica, ya que es impermeable, antihongos y anticorrosiva. El inconveniente es que tiene un olor fuerte y necesita disolventes para su limpieza. También tarda más en secarse que la pintura plástica.
- Esmalte acrílico: esta clase de pintura se fabrica a partir de resinas acrílicas y pigmentos de diferentes colores. Es similar al esmalte sintético, pero tiene la ventaja de que no desprende olores y se puede limpiar con agua. Es fácil de aplicar y tiene un secado rápido. Se puede usar tanto en interiores como en exteriores, y ofrece un acabado liso y uniforme.
Pintura y colores para interiores de casa
¿Cómo elegir el color adecuado para cada ambiente?
- La iluminación: dependiendo de la cantidad y la calidad de la luz natural o artificial que reciba una habitación, el color puede variar su intensidad y su efecto. Por ejemplo, los colores claros reflejan más la luz y dan sensación de amplitud, mientras que los oscuros absorben más la luz y crean ambientes más íntimos y acogedores. También hay que considerar el tipo de bombillas que se usan, ya que pueden alterar el tono original de la pintura.
- La orientación: según la posición geográfica de la casa y la orientación de las ventanas, las habitaciones pueden recibir más o menos luz solar a lo largo del día. Esto también afecta al color y al ambiente que se crea. Por ejemplo, las habitaciones orientadas al norte suelen ser más frías y oscuras, por lo que conviene usar colores cálidos y luminosos para compensar. En cambio, las habitaciones orientadas al sur suelen ser más cálidas y luminosas, por lo que se pueden usar colores fríos y suaves para equilibrar.
- La función: cada habitación tiene un uso y un propósito específico, y el color puede ayudar a potenciarlo o a modificarlo. Por ejemplo, en el dormitorio se busca el relax y el descanso, por lo que se recomiendan colores neutros, pastel o tierra, que transmiten calma y armonía. En el salón se busca el confort y la convivencia, por lo que se pueden usar colores cálidos, como el rojo, el naranja o el amarillo, que estimulan la comunicación y la alegría. En el estudio o la oficina se busca la concentración y la creatividad, por lo que se pueden usar colores fríos, como el azul, el verde o el violeta, que favorecen la claridad mental y la inspiración.
- El estilo: el color también es un elemento que define el estilo decorativo de una habitación. Por ejemplo, si se quiere crear un ambiente moderno y minimalista, se pueden usar colores neutros, como el blanco, el negro o el gris, que aportan elegancia y sobriedad. Si se quiere crear un ambiente rústico y natural, se pueden usar colores tierra, como el beige, el marrón o el verde oliva, que aportan calidez y textura. Si se quiere crear un ambiente vintage o retro, se pueden usar colores vivos y contrastados, como el rosa, el turquesa o el amarillo, que aportan dinamismo y personalidad.
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